Larga Vida
El rastrojo, la dehesa, el olivar…
Mis tierras son.
Y los montes, los arroyos, la siembra.
Las manos duras tengo en los brazos,
y las espaldas anchas
y los pasos largos,
bajo la luz del sol,
por las arenas y piedras,
con el «ganao» y la montura,
con la sangre por las venas,
y mi religión y mi gente,
que ha nadie olvido
de los que se van y los que son.
En mi pueblo,
en mis tierras,
donde me trajeron mis padres,
donde me enseñaron,
donde viví el amor
y conocí la vida.
Larga vida a Guadalcanal.
Jaime Garzón Rivero