La Asesina

Y el Poeta dijo:
«Puedes matarme
a la luz de la luna.
Me dejaré por estar
un rato contigo.»
Y la asesina dijo:
«Solo te mataré una vez.
Tranquilo, lo haré bien.»
El Poeta:
«¡Pero dame un beso
y abrázame!
Tú también me quieres
pero eres asesina
y yo quiero morir,
morir en brazos de mi amor.»
Ella dijo, la Asesina:
«Te lloraré un poco,
yo mato mucho
pero a tí te quiero matar muy poco.»
Ella lo mató.
Las últimas palabras del Poeta fueron:
«En la libertad y en el amor,
así me voy.
¡Gracias querida!»
Lloraba ella ya sola en vida
y recordaba su poesía,
y así recitando a su manera:
«Ya se fue mi ruiseñor.
Entre mis manos perdió su vida.
Jamás mataré a alguien que quiera,
duele tanto…»
Lo besó en la frente y se fue.
Lo dejó recostado en la pared
con los ojos cerrados.

Jaime Garzón Rivero

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