
Opio
Opio…
Néctar de la adormidera,
la nube blanca de la heroína,
la pereza y el sueño.
Se te caen los pantalones,
has adelgazado,
la cara marcada por la droga,
y quieres más.
Estás enganchado al opio,
no sabes ni de dónde viene,
te pasan, pagas y punto.
¿A dónde podrías llegar?
El nirvana no parece estar cerca,
las agujas te taladran el brazo
y tienes vida y la pierdes.
¡Opio!, sueña la realidad.
Jaime Garzón Rivero