Escritores

Nace y muere un escritor,
queda recordada su obra,
su persona, sus anhelos.
Un día respiró mientras pudo,
vivió, amó, luchó,
quiso entender la vida,
comunicarse, ser culto,
vivir bien.
Tal vez le salieran bien los planes,
tal vez sea venerado,
objeto de culto,
amigo de muchos,
orgullo de su familia.
¿Pero y si no consigue
la fama?
¿Tanto esfuerzo para nada?
Y si por casual, tiempo después
de su muerte,
alguien coge uno de sus libros
y le da vida con la lectura
dándose cuenta
de lo maravilloso que era.
El éxito parece merecerse
¿pero habrá alguna injusticia?

Jaime Garzón Rivero

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