El Corazón Malherido

En el pecho
el corazón malherido,
de mi mano la dulce dama,
en mi recuerdo
las noches de ensueño.
Y me duele
el que nos hicieran daño
por brillar sin saber
y que nos vieran
en la felicidad,
por dar envidia.
Y me duele
que ella sea buena
y la traten así las malas lenguas.
¿Y de mí…?
Que sí soy borracho
y pendenciero.
El corazón herido,
¡el corazón malherido!,
que me voy con ella
a otra ciudad,
a otro planeta,
que no se curan aquí las heridas.
Cuando te digan que es estar así
y preguntes
te mostraré mi corazón.
Ella tan buena
y que la traten así…
«Ya nos vamos mi amor.
Vámonos bendita…»

Jaime Garzón Rivero