El Precio de la Mentira

El precio de la mentira
que dijiste una vez por capricho
y otra por desacato.
A veces duran,
se difunden,
se creen,
son pobre gloria en fin,
pero otras veces son encontradas
y rastreadas,
contrastadas
y según el motivo
hacen caer muy bajo
a la gente.
Es mejor evitarla,
hacer el bien en su lugar,
pero a veces parece que te obligan
o te ves obligado
y se pasa mal,
con la incertidumbre
de que te descubran.
Pobre mortal
no mientas por placer
ni por vicio,
acaba con ella cuando puedas,
discúlpate incluso,
deshaz el maleficio.
Entre mentiras
no llegas a ningún lado
y te separan y apartan
a la larga de las personas.
No mientas,
sé buenecillo,
te irá mejor.

Jaime Garzón Rivero