El Fuego Eterno
El fuego eterno
del corazón de la roca,
la savia del temple,
el que brilla en la oscuridad,
y salva el combate el bardo,
su escudo y su espada,
milenios la sangre de la tierra,
somos hombres
pero siempre
alrededor del fuego.
Ni las llamas del infierno
acaban por consumirlo,
regalo del cielo,
y tus ojos que miran la llama
dicen «fuego».
Otra llama se apaga
y otra nace.
¡La batalla del bien y el mal!
«Y los Ángeles Ígneos cayeron,
profundos truenos se oían
en las costas ardiendo
con los fuegos de oro.»
Jaime Garzón Rivero