Desde mi Torre de Marfil

Desde mi Torre de Marfil
contemplo los Aves Fénix
y murallas de mi Reino.
Arriba en el Castillo,
más cerca de las estrellas y nubes,
solitario epicuro,
que siente amor y sangre
por la poesía.
Es la soledad
travesía insalvable.
Desde mi Torre
todo es verdad o mentira.
Llamemos a los astros y musas,
queramos lo mejor de la vida
y los versos,
sintamos el amor y la grandeza.
Aún queda tiempo para lo demás.
Y derramaré las arenas del reloj,
y llamaré música a mi prosa.
Solo los magos saben la magia,
otros, la contemplan sin sentido.
Cuando vaya fuera de mi paraíso,
me enfrentaré a los mercaderes.
Nadie quiere pagar el precio
pero es tan rica la recompensa…
De soslayo miro al enemigo,
la nube negra de la inspiración,
el tintero sin derramar su tinta.
Vuelvo a la noche y escribo.
No hay mayor venganza en el mundo,
y lloro por el porvenir
y el sufrimiento del pasado.
Cualquier día te diré dos palabras
y serás mía.
Nada más temo que tu respuesta.
Sé buena, ábreme el camino.
Ya me despido, como tantas veces.
Yo seré el más fuerte
cuando te diga que te he querido.
No bastan las lágrimas.
Ven aquí, con mi latido.

Jaime Garzón Rivero