Nadie
Y el viento se llevaba la música,
y mis deseos eran los mejores para ti,
y la melodía era suave y preciosa
y te querías dejar enamorar
y yo morarte con un beso y un abrazo,
pasar las risas juntos
y contarnos los problemas,
las vicisitudes de la vida.
Y yo te quería más a cada momento
y tú a mí más,
y una lágrima te llegaba a los labios
que yo te limpiaba.
Y era amor nuestra vida
y dábamos gracias
por los dones recibidos.
Nadie, nunca, jamás
se quiso más,
y quisimos que durara siempre
y así luchamos para que fuera.
«Para siempre» dijimos
y nos dimos un beso
con el que sellamos el pacto.
Nadie se quiere más
que tú y que yo…
Jaime Garzón Rivero