Encontré el Evangelio de Arkangélica. Entre el Misterio rocé su Leyenda. Naufragaba y lloraba la Tierra. Fueron mil años y nadie se acuerda. Dijeron en tu nombre, Arkangélica. El Romance, que no tuvo Eternidad. Una noche que perdimos en tus brazos. Me quieres tanto que me quieres matar. La vida en un suspiro, Arkangélica. Más pesa el humo que escuchar la verdad. Me haces daño, a sabiendas, y me adoras, Y no entiendes, como soy, en realidad. Te reniego, mi querida Arkangélica. Tú que me enseñaste a llorar. En la mar se han perdido tantos hombres, Y en tus brazos los quisiste cuidar. Vete, mi pequeña Arkangélica. Déjame, mi querida Arkangélica. Largo, maldita Arkangélica. O déjame marchar… O déjame marchar… Arkangélica…