E
El Viejo y los Olivos
El Viejo miraba los olivos.
Una tablilla buena que tenía
con su casilla y todo.
Iba con un bastón y una gorra,
con chaquetón y sus pantalones de pana.
Se acordaba de cogerlos él con otros hombres
y de tantas "temporás echás
en el campo."
"- Yo ya no puedo, pero cómo me gustaría volver... aunque fuera duro.
La sangre corría por mi cuerpo y el corazón latía,
y mis manos poco pueden hacer ya con lo fuertes que han sío."
Algunas veces cogía al nieto
y le contaba sus historias,
como había hecho con su hijo.
"-... y verdeando cogías las manos
y las metías por los entresenos y las ramas,
y tirabas pa bajo de la aceituna, caían en el cubillo y las ibas juntando."
"-... las varas buenas de castaño, mi hijo,
y con la mula "parriba" y "pabajo" cargando."
Miraba a su Guadalcanal desde un camino
y le daba gracias al Cielo
por la vida que había tenido,
"- ...dura pero buena."
Jaime Garzón Rivero