Matrix Badajoz (Story)
«Esto es el “Nuevo Clipe”, a las seis de la mañana del domingo, y se encuentra en un bar de Badajoz, acabándose la tostá y el café, al “Dimitri”…
-Ponme una copita ahora de guindas -Le dice el Dimitri al camarero.
El Clipe, aparese jaleoso, un poco sudoroso y vestío de fin de semana, con una camisa remangá fina, su sinturón, sus vaqueros y unos zapatos bajos. Estaba un poco despeinao, aunque llevara gomina, y allí el único de la barra, era el camarero y el Dimitri.
-¡Bienvenido a Matrix, Cliper! Acércate -Le dice el Dimitri.
El Clipe que empieza a dudar de todo, por lo que le había pasado esa noche, y por las palabras del Dimitri, y reflexiona un poco…
Se acuerda de la botellona en el Acampao, de los que llegaron buscando gresca, … unos de Madrid y otros de la zona, de la pelea, de las ostias que hubo, de la gente corriendo, y de cómo iban a por unos cuantos, “a Jierro”, por ser ellos lo que manejaban en el pueblo, y en parte también, en el Territorio de la Comarca.
Se despierta un poco, y se va pa la barra.
-¿Quieres algo Clipe? Aunque sea un botellín, una tostá, un café… Tú me dirás.
El Dimitri que era como un acampaserao, así mayó, cazaó, furtivo… mucho de los bares, callaíto con unos y con otros, y de paso sigiloso, … y dice el Clipe…
-Ponme un botellín… una tostá, y… ya el café.- Dise el Clipe mu apagao y eso.
Le vuelve a preguntá el Dimitri…
-¿Qué te ha pasáo? ¿Qué te veo mu nervioso? -Llevándose la copita de guindas a la boca.
Y dice el Clipe…
-Uff… Una pelea, que han venío a por nosotros pero bien, un montón de gente… Y ná, que he salío con el coche, y tó de noche, corriendo y… aquí estoy.
Le pone el camarero, su tostá, su café y el botellín…
Y el Dimitri…
-¡Apúntamelo a mí -Pasa un momento, y le dice al Clipe: «¿Algo grave no?»
El Clipe, allí bebiendo un poco el botellín, mientras se enfríaba el café, y porque tenía bastante sed, con un vaso de agua, que también le puso el camarero, así con gesto serio, y tembloroso un poquillo…
-Es que no sé, lo que le ha pasao a esta gente. Porque al finá hemos tenío que salí cada uno por nuestro lao, y veremos a vé como nos ha salío la noche. Porque eran bastantes, nos han cogío de improvisto, y aunque hemos dao más que nadie, nos separamos, y… aquí estoy esperando a vé si llega alguien.
-Ya… -Le dice el Dimitri, con un gesto solemne, y asintiendo- Esto lo he vivido yo muchas veces. De otra forma, pero… también ma
pasao. Y nada… Si no ha venío la Guardia Civil, y no han dicho ná por la Radio a estas horas…
Se sincera un poco el Clipe, y le dice con complicidad…
-Es que “el Fafí” y “el Sele”, tienen que está muertos, y los otros desperdigaos. Alguno herido… y mira como he llegao yo. Ahora que me miro, tengo hasta un poco sangre, aquí en la manga…
Lo mira otra vez el Dimitri, y sigue diciendo…
-Y tienes un poco señalá aquí la cara –Un momento de silencio… y el Dimitri… – Pa que veas, como es hacerse hombre. Lo duro que és, y que te viene cuando menos te lo espera. Perdé a tus amigos… que vengan de otros laos a por ti, en tu pueblo… -Le habían puesto al Dimitri otro café el camarero, y sigue – Por eso soy yo así. Que tengo mi vida y eso, pero tengo que cayá mucho porque tós nos hemos tenío que defendé en la vida, y… algunos un poco más de la cuenta.
Hay entonces, como una entrañabilidad entre ambos, sin querer mirarse mucho, y le dice el Dimitri…
-Cómo si fueras mi hijo, Clipe. Que los que hemos vivío, y vamos llegando a viejos, hemos visto muchas cosas, y los unos por los otros, hemos salío, como hemos podío, a buscarnos la vida, y nunca sabes lo que te va a pasá, aunque se crea uno que sí. Y una cosa te digo… Si quieres un amigo, aquí lo tienes. Que como ya te he dicho, a mí también me han pasao cosas, y sé mucho de la gente, y más de uno que tú no sabes, y que parece que es “normá” o va por ahí tranquilamente, tiene alguno matao o violao o violá. Y eso, que para sé hombre, hay que pasá mucho, y que las cosas con el tiempo se van asimilando, que habría testigos de lo sucedido, y… que te tranquilises un poco. A vé que va pasando, y el camarero también es de la confianza, y no te preocupes –Así cambiando el tono… – Que si estoy yo así, y el camarero también, aquí la mañana del domingo, a las siete pasá, y estamos tan tranquilos desayunando en Badajó, y no ha pasao nadie de la Autoridad y no han llegao noticias ¿no habrá pasao más veces… “mi hijo”?
Ya sale el Dimitri por la puerta del bá, que ya se estaban despidiendo, y parecía todo más calmao y asimalao, y le dice al Clipe otra vez…
-¡Bienvenido a Matrix, Clipe! Que el “Ser” no te quite la “Nada”, y que cuando el “camino” acabe, despiertes y veas, cómo es “Todo” de nuevo…
¡Adió, Cala! -Le dice al camarero – Apúntamelo a mi cuenta.
Y tú Clipe -Cogiéndolo por la espalda con el brazo- Cuando vuelvas al pueblo esta tarde, te echas la siesta un poco y tó. Que es lo mejó que hay.»
Jaime Garzón Rivero