Nocheando por una calle de Madrid, en una acera llamada Princesa, me encontré un banquito, donde me senté, para recordar, que me gané ser Soldadito de los Sueños, y que me puse a escapar un poco más lejos, sin saber, de esos amores, que te aprenden, y te hacen parte de los Cuentos. Tal vez, cuando me levante, y escriba mis penas, sin saberlo, vuelvan las nubes, que subimos, y juramos, no alcanzar nunca, porque no supimos, que sin los otros, la ayuda para hacer un equipo, era imposible, sin inscribirme, invisiblemente, en las calles, con los Dreamins de Madrid, subiendo, por la Acera, la Escalera, de la Insignia de los Sueños.

Verychero Dhadra

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