A la Virgen de las Bondades

De la Mano de la Virgen de las Bondades,

De las Calles de Sevilla, perdí mi Reino,

Por el camino de Jesús, que se hizo pobre.

El Rey de las manos de Carpintero,

Que hizo Apóstoles a los pecadores.

Entró en el Templo, curó a los enfermos,

Y dejó que los niños se acercaran a él,

Para que reinaran, aquí en la Tierra, como en los Cielos,

Y se hicieran, libres, como los pescadores.

Con la Palabra que le dio su Madre,

Con los ejemplos de su padre José,

Y la Fé de quien muere en la Cruz.

Vuelto a la Vida por amarla y su Esperanza.

Jaime Garzón Rivero

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